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miércoles, 20 de julio de 2011

Consejos



“Deja que llore la niña” Le decía mi abuela a mi madre.  “Que no se acostumbre a tu auxilio”.
Y así lo hizo, obediente mi oráculo...
Me dejó llorar.

Hasta que llegado el tiempo y el cansancio
Ya no importó lo que provocara el sollozo. 
Y en esos momentos,
Justo antes de la lasitud del llanto
El mundo resplandecía tan sereno
Que era imposible no empaparse de realidad.


Deja que la niña se desahogue…
Porque no encontró sosiego  en tu mirar,
Y así es como vuelven las historias…
Lección que ha de repasar. 
Mira que ya viene el examen y tiene que estudiar.

Deja que le duela…
Que se mortifique tres veces más,
Y es que el llanto lava el horror de las aceras
Mientras la lluvia se dedica a esperar.


No permitas que te afecte,
Que ya se le hizo callo en el conducto
Que va de la memoria al corazón,
Pero hay momentos en los que una que otra pústula revienta
y no le queda otra que volver a sanar.


Y es que no hay nada malo en repasar
Cada viernes las lecciones de la semana,
Se aprende más si se subsana.
Y le es más fácil amedrentar los fantasmas del pasado,
Vigías inertes,
Si se deja abatir para luego poderse levantar.



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